CONCLUSIÓN
“Mis estimados hermanos y hermanas del Movimiento
Gnóstico. Hemos concluido este curso de enseñanza esotérica y estaba pensando
terminar estas
reuniones, entrar por ahora en un
receso, pero veo que estas reuniones son una necesidad espiritual para todos nosotros y por eso, creo que lo
mejor es que sigamos reuniéndonos el 27 de cada mes”.
Así hablaba yo el 27 de julio del año 1961 en casa de un distinguido
hombre de ciencia. Por aquellos días había terminado el MATRIMONIO PERFECTO y
simultáneamente había concluido un curso de enseñanza sexual esotérica que
había dictado para un grupo de estudiantes gnósticos rosacruz.
El motivo por el cual pensé terminar las reuniones esotéricas en México,
fue el desencanto. En principio, la sala de reuniones estaba llena de gente.
Todos gozaban estudiando los Misterios del Sexo y la Senda del Matrimonio
Perfecto. Después, conforme pasaban los días, a la gente ya no le interesó el
Matrimonio Perfecto ni la Magia Sexual.
Cumplidos dos años de reuniones, los asistentes esoteristas llegados a
dichas reuniones se podían contar con los dedos de la mano. En tales
circunstancias, yo consideré que resultaba inútil seguir dictando conferencias.
Mis intenciones eran terminar esa noche con conferencias y reuniones. Empero,
algo notable me ocurrió esa noche. Me sentí lleno de un amor inmenso,
grandioso, sublime. Mi corazón se llenó de dolor al recordar la idea de
dejarlos solos. Fue entonces cuando resolví no terminar con las reuniones y
seguir adelante con los pocos. Cuando regresé a casa recibí un mensaje
telepático del Templo de Chapultepec. Se me ordenó salir de casa y trasladarme
inmediatamente al Bosque de Chapultepec.
Yo obedecí la orden y salí de casa rumbo a este bosque maravilloso del
cual habla el Maestro Huiracocha en su Novela Rosacruz.
El Castillo de Chapultepec resplandecía maravillosamente con sus
millares de lucecitas. Las avenidas y gradería central estaban solitarias y las
puertas herméticamente cerradas. Resulta difícil entrar a esas horas de la
media noche en el Bosque de Chapultepec porque los celadores y gendarmes se
hallan alertas y vigilantes, y puede darse el caso de que si algún estudiante
gnóstico Rosacruz se aventurare a penetrar en el bosque, sea confundido con algún
ladrón.
El celo de los guardianes es grande porque en el Castillo de Chapultepec
existen inmensas riquezas. Recordemos la vajilla del emperador Maximiliano,
toda de oro macizo, y las riquezas coloniales encerradas en los salones del
palacio. Este es el palacio más magnífico de México.
No importa contar cómo pude entrar en el Bosque de Chapultepec a la
media noche. La realidad fue que entré. Eso es todo. Anduve por una avenida
dando vueltas al Cerro de Chapultepec, siguiendo la dirección de las fuentes
que construyera el presidente Madero. El camino estaba desierto, y la noche
oscura... Pasé algún tiempo aguardando una señal convenida. El tiempo me
pareció largo, pero al fin llegó alguien que habló por mí y todo se arregló.
El Adepto superior del templo me ordenó entrar y sin más cumplidos
entré. El templo está situado dentro del Cerro de Chapultepec. Dicho templo fue
visible en otros tiempos para los aztecas, pero después, con la llegada de los
españoles, entró en estado de “Jinas”. En este templo está el imperio de luz y
fe de los Nahuas.
Dos guardianes de espada desnuda guardan la entrada y nadie puede entrar
allí sin orden superior.
Aquella noche fue de inmensa dicha para mí. El templo estaba inundado
por una luz de inmaculada blancura. Era luz compenetrada de vida y espíritu.
Luz que no hacía sombra por ninguna parte. Esta luz sale de una custodia cáliz.
Dentro de semejante luz se siente el Alma llena de felicidad verdaderamente
indescriptible.
Un Ángel penetró conmigo en el templo y tomó asiento. El Adepto superior
del templo, nos enseñó algunos cuadros hermosísimos llenos de vida y
movimientos. Estos cuadros abundan mucho en las Logias Blancas. Ya Franz
Hartman nos habló en su libro titulado “Una aventura en la mansión de los
Adeptos Rosacruces” sobre esta clase de cuadros que él vio en el templo
rosacruz de Bohemia. Las figuras de esta clase de cuadros están llenas de vida
y movimiento. Este es el llamado Arte Regio de la Naturaleza.
El superior del templo, viendo nuestra admiración por los cuadros, se
dirigió al Ángel y luego a mí, diciéndonos: “Se
les prohíbe a ustedes tocar estos cuadros”. El Ángel obedeció fielmente la
orden; yo francamente, me sentí tentado a tocarlos... Eran tan hermosos... Un
severo recordatorio del Maestro dado a tiempo, fue suficiente: “Ya se lo dije a usted, señor, que se
prohíbe tocar estos cuadros”.
“Ciertamente yo no pienso tocarlos”, fue mi disculpa.
El templo brillaba aquella noche con gloria inefable. Es imposible
describir con palabras humanas tanta belleza. El techo, las paredes, todo era
de oro macizo. Empero, algo me llenó de asombro... Yo había oído hablar tanto
de teosofía, rosacrucismo, hermetismo, yoguismo, etc., etc. y ahora aquí, en
pleno templo gnóstico rosacruz de “Jinas”, sólo había un pequeño grupo de
caballeros y damas que, como yo, también habían sido invitados a la reunión del
templo.
Recordé las salas de algunos profesores de ocultismo, siempre llenas de
millares de personas; recordé los templos del mundo, repletos de millares de
seres humanos; recordé las logias que se hacen llamar rosacruces con sus
millones de afiliados, y ahora aquí en pleno templo de la Logia Blanca, los
pocos que había, se podían contar con los dedos de la mano. Entonces comprendí
todo. Al principio venían a nuestras reuniones esotéricas muchísimas personas.
Conforme fue pasando el tiempo el número de asistentes fue disminuyendo
notablemente y ahora sólo unos pocos sedientos de sabiduría y amor, venían a
nosotros. Cuando comprendí esto exclamé espontáneamente: “Los templos, logias y
escuelas del mundo están siempre llenos de muchas gentes porque Satán los tiene
engolosinados, pero a los templos de la verdadera Sabiduría Divina solo vienen
unos pocos”. Así hablé con una voz que me asombró a mí mismo, y cuando hablé,
vi asentimiento del Superior del templo. Entonces, éste dijo: “Así es, Satán
los tiene engolosinados”. Acto seguido, después de haber confirmado mis
palabras, el Maestro ordenó al Ángel subir al coro de los músicos y cantores,
para que cantara. El Ángel obedeció y después de haber subido al coro, cantó en
ópera la historia de los siglos.
El Ángel, desde el punto de vista doctrinario, se colocó mentalmente en
los tiempos de la futura quinta ronda de evolución planetaria. Por aquella
época ya la Tierra químico-física sólo será un cadáver, una nueva luna.
Entonces toda la vida evolucionante se desarrollará en el plano etérico o
región etérica de nuestra Tierra. Las siete razas de carne y hueso ya no
existirán; se habrán extinguido.
El Ángel cantó con una voz tan inefable y dulcísima que parecía La
Flauta Encantada de Mozart. Todo mi ser entró en éxtasis. Oír cantar a un Ángel
es algo que jamás en la vida se puede olvidar.
El Ángel, situado mentalmente en la Tierra futura de la Quinta Ronda.
Relató en ópera la historia de la evolución terrestre. Recordó a todos los
profetas que habían sido enviados a la tierra; narró con su voz melodiosa la
historia de las siete razas del mundo, el Apocalipsis de la quinta raza actual,
los continentes que existieron en el pasado y su destrucción general, los
grandes cataclismos de la Tierra, las grandes guerras, los esfuerzos
sobrehumanos que habían hecho los grandes Avataras para salvar a la humanidad,
la crucifixión del mártir del Gólgota, etcétera, etc. Luego, se lamentó con
dolor de los pocos que se habían salvado. Sólo unos pocos habían logrado nacer
como Ángeles. Los demás... la gran mayoría de seres humanos, se los tragó el
abismo. De todos los billones de Almas que entraron a evolucionar y a
involucionar en el planeta Tierra, solo un puñado de criaturas sirvieron para
el estado angélico. “Muchos son los llamados pero pocos los escogidos”.
Cuando llegó el Ángel a esta parte de su ópera inefable yo me sentí
conmovido y asombrado en gran manera. Francamente, yo estaba creyendo que semejante
caso de unos pocos salvados y la gran mayoría perdidos sólo podría darse en la
Tierra y en el pasado Mahanvantara de la Tierra-Luna, pero que en los demás
mundos las cosas serían distintas. El Ángel me sacó de ese error cuando dijo:
“Y esto que sucedió en la Tierra se repite siempre en todos los mundos del
espacio infinito”. Al terminar el Ángel su canto inefable comprendí por qué
tantas gentes habían asistido a mis reuniones, y por qué de los muchos que
comenzaron sólo unos pocos quedaron conmigo. Ahora estoy dispuesto a seguir con
los pocos. Ya no me interesa tener la sala llena de gentes. Realmente son
muchos los que comienzan pero pocos los que llegan. El Matrimonio Perfecto es
la Senda del Filo de la Navaja. Afiliarse a cualquier escuela, logia, orden,
etc., es cosa facilísima. Estudiar yoguismo, hermetismo, filosofía, astrología,
es muy hermoso y fácil, pero nacer como Ángel, es terriblemente difícil.
El Ángel tiene que nacer de la semilla sexual. Ahí precisamente está la
parte difícil. La semilla de trigo germina fácilmente. Ciertamente se pierden
muchas semillas, pero en su mayoría germinan y se convierten en espigas que dan
el grano con el cual se alimentan las multitudes.
Sembrar semillas de maíz es también cosa fácil. Se pierden muchas
semillas, pero la gran mayoría no se pierde, germina y da maíz. Lo más difícil
es la semilla de Ángeles. Esta semilla la lleva el hombre en sus glándulas
sexuales, y muy raras veces germina.
Hemos concluido este libro afirmando absolutamente que solo con el
Matrimonio Perfecto logramos que germine esta semilla y nazca el fruto. Este
último es el Ángel. Ahí está el problema, lo difícil.
Resulta que la gente cree que con pertenecer a tal o cual creencia, a
tal o cual religión, a tal o cual secta, ya están salvados. Naturalmente eso es
falso. Jamás germina una semilla por lo que un hombre cree o deje de creer;
jamás nace un insecto por lo que un ser humano piense o deje de pensar. Nunca
nace un hombre de entre el pergamino de una teoría... La cuestión es sexual y
en esto, el Ángel no es una excepción.
Los miembros de todas las religiones, escuelas, sectas y creencias
dicen: “Muchos son los llamados y pocos los escogidos”. Todo el mundo repite
eso y presume, como es normal, de escogido. Nadie se considera perdido. Creen
que con su creencia, teoría, estudio, etc., ya están salvos. Cosa falsa y
absurda, porque el problema de nacer no puede ser el resultado de creencias,
teorías o conceptos. La realidad es distinta. Nacer es un problema totalmente sexual.
En el fondo esotérico de las grandes religiones se enseña Magia Sexual.
Desgraciadamente, la gente no indaga, no investiga. Ese es el problema.
A la gente no le gusta la Magia Sexual, porque esto significa sacrificio
de sí mismo, de sus propias pasiones animales. Raro es quien pueda de verdad
ser firme con la Magia Sexual. Muchos comienzan por curiosidad, pero a los
pocos días ya no soportan más y entonces se dedican a la fornicación. Esos son
los débiles que después andan diciendo que la Magia Sexual es dañosa. Esas son
las semillas degeneradas que no germinan.
El sexo es el camino que conduce a los seres humanos hasta la liberación
final. Si alguien piensa que puede existir alguna otra senda diferente para la
Auto-Realización, es claro que se encuentra totalmente equivocado. Esta es Ley
para todo los continentes, mundos y espacios.
Hablemos ahora un poco sobre Selene. Ciertamente hoy la Luna es un
cadáver; empero, antes de que muriera fue un mundo que tuvo mares muy hermosos,
vegetación exuberante, gentes de toda especie, etc., etc., etc.
Desafortunadamente, las muchedumbres lunares se convirtieron en demonios, sólo
un puñadito de criaturas humanas alcanzaron el Adeptado Práctico.
En nuestro planeta Tierra el resultado será el mismo. Sólo un pequeño
grupo de personas nacerá como Ángeles. Podemos afirmar, sin temor a error, que
la humanidad de la Tierra será tragada por el abismo.
Los teósofos se equivocan cuando afirman que todos los seres humanos
llegarán a la liberación. Ese concepto no es aceptado por la Logia Blanca
porque es falso.
Se equivocan quienes creen que con creer en tal o cual cosa serán
salvos. Ese concepto es falso. Se equivocan quienes creen que con el sistema
fuelle del Pranayama y la filosofía, pueden ser salvos. Nadie puede salvarse
sin nacer, y nadie puede nacer sin el sexo.
He concluido este libro con inmenso dolor por la humanidad. Es
lamentable que el abismo se trague tanta gente. Escribo con dolor, porque sé
que la humanidad no acepta el Matrimonio Perfecto. Concluyo este libro,
perfectamente convencido de que son muy pocos aquellos que sepan aprovecharlo
de verdad. A la gente no le gustan estas cosas. Todos creen que con su creencia
particular, religión, orden o escuela, se pueden salvar y no hay cómo
convencerlos de que están equivocados. En la futura Quinta Ronda, todos estos
que no aceptan el Matrimonio Perfecto serán demonios, habitantes del abismo. En
la futura Quinta Ronda, aquellos que aceptaron el Matrimonio Perfecto serán
Ángeles.
Estamos en el final de la raza Aria, empezando a vivir el Apocalipsis de
San Juan, y millones de seres humanos están entrando al abismo. Estas pobres
gentes ingresan al abismo convencidos de que van muy bien, creen que ya son de
los escogidos, y que sus creencias los han salvado. Eso creen ellos y no hay
cómo poderles probar lo contrario. Así se sumergen en el abismo donde, después
de muchísimos millones de años, se van desintegrando lentamente hasta
convertirse en polvareda cósmica. Esa es la muerte segunda.
Concluimos este libro diciendo: “Solo se salva quien se convierte en
Ángel. El Ángel debe nacer dentro de nosotros mismos. Eso de nacer es un
problema absolutamente sexual y el único camino es el del Matrimonio Perfecto.
FIN
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