Capítulo
XXXI
LOS ESQUIMALES DEL NORTE
La tradición dice que los esquimales de Groenlandia y Alaska provienen
de la lejana Thule. Se dice que los esquimales están mezclados con los
invasores de Polinesia, Tunguses y Dené.
El gran Maestro Gnóstico Rosacruz Arnoldo Krumm Heller habla cosas
sublimes sobre la lejana Thule, la Isla Sagrada. Don Mario Rosso de Luna dice
que esta Isla todavía existe, pero se halla en estado de Jinas. Nosotros
sabemos que en esta Isla existió la primera raza humana.
La Raza Polar se desenvolvió en un ambiente totalmente distinto al
actual. En aquella época, que data de hace más de trescientos millones de años,
la Tierra era propiamente semi-etérica, semi-física; parecía un curvo océano
azul como el firmamento de la noche.
En aquellos tiempos los seres humanos podían flotar en la atmósfera. Los
cuerpos humanos eran andróginos y etéreos. Estos cuerpos eran elásticos y
sutiles. Lo mismo podían conservar su gigantesca figura de diez y veinte metros
de altura, que reducir su tamaño a voluntad y asumir una estatura pigmea, o
tomar el tamaño del cuerpo humano actual.
No podemos afirmar que aquella gente fuese hermafrodita. Esta raza fue
andrógina. La energía sexual operaba en forma diferente y se reproducían con el
acto sexual fisíparo. En determinados instantes el organismo original se
dividía en dos mitades exactas. Esto es semejante a la multiplicación por
división celular. Cada vez que esto ocurría había oración y profunda veneración
a lo divinal.
Aunque parezca increíble, la primera raza humana llegó a un altísimo
grado de civilización. Con el material plástico y etérico de esta Tierra
primieval, se construyeron casas, palacios, ciudades y templos grandiosos.
Naturalmente, los cerdos del materialismo actual se reirán de nuestras
afirmaciones porque jamás se han encontrado restos de dicha civilización. Es
imposible hallar restos de semejante civilización tan antigua porque en aquella
época la Tierra era etérea, es decir, estaba formada con la pro-materia. Sólo
en las memorias de la Naturaleza pueden los grandes clarividentes hallar toda
la historia viviente de la primera raza. Esta es la raza Protoplasmática. Este
es el legítimo protoplasma de la raza humana. Los grandes clarividentes pueden
reírse a sus anchas del protoplasma de los Darwin y los Haeckel.
Los restos fósiles de seres humanos hallados en las cavernas
subterráneas de la Tierra nada tienen que ver con la raza Protoplasmática.
Estos restos son de tribus degeneradas descendientes de la sumergida Atlántida.
La religión, la ciencia y la filosofía estaban totalmente unidas en la
cultura de la Raza Polar. Los habitantes de la lejana Thule eran Bodhisattvas
de los Maestros de otros Mahamvantaras.
Adán y Eva eran un solo ser. Hoy en día, Adán y Eva están separados y
sufren y se buscan con sed insaciable para unirse. Sólo durante el acto sexual
el hombre y la mujer son un solo ser. En esos instantes de voluptuosidad
sexual, ambos, hombre y mujer, tienen la inmensa dicha de ser un solo ser.
Resultan interesantísimos los rituales cósmicos de aquella época. En los
templos puede descubrir, el clarividente ejercitado, pura masonería oculta. Sin
embargo, esos rituales diferían tanto de los que actualmente existen en el
mundo, que sería imposible para un masón moderno admitir que dichos rituales
fuesen masónicos.
Las luces del templo no estaban fijas. Tan pronto el V.M. ocupaba el
trono como luego lo abandonaba. A veces el P.V. ocupaba un trono, como luego lo
abandonaba para cambiarlo por el del S.V. Se levantaban los altos dignatarios
para cambiarse los sitiales entre sí. En las vestiduras se combinaban los
colores negros y blancos para representar la lucha entre el espíritu y la
materia. La construcción del templo era perfecta. Los símbolos y herramientas
de trabajo se usaban invertidas para representar el drama que se proyecta en
los siglos: el descenso del espíritu hacia la materia. Así podemos contemplar
con asombro, cetros invertidos, cáliz, etc., todo invertido. La vida estaba
hasta ahora descendiendo hacia la materia, y debía entonces dársele expresión
simbólica.
Grandiosas eran las procesiones sagradas. Con ellas se daba a entender
los grandes misterios y el supremo descenso del Espíritu hacia la materia. Este
era un acontecimiento grandioso que se aguardaba con el transcurso de los
siglos. Se aguardaba con tanta ansiedad como hoy en día se aguarda el regreso
del hombre hacia mundos superiores.
El lenguaje de la Raza Protoplasmática fue el Verbo de Oro, un idioma
universal y cósmico cuya combinación de sonidos produce fenómenos cósmicos de
toda especie. Quienes recorren la Senda del Matrimonio Perfecto vuelven a
descubrir ese lenguaje primieval dentro de sí mismos. Cuando llega el fuego
sagrado a la altura de la garganta comenzamos a parlar en el Orto purísimo de
la Divina Lengua, que como un río de oro corre deliciosamente bajo la selva
espera del Sol. En ese idioma, los Padres de los Dioses les enseñaron a éstos,
cantando, las Leyes Cósmicas de la Naturaleza.
La escritura de la primera raza fueron las runas. El mazo de la
masonería viene de la flecha del Dios Ra, egipcio, y ésta es una runa.
En aquella época, los rituales del templo polar eran todos rúnicos. Los
movimientos de los oficiales eran rúnicos. Esta es la escritura divinal.
Recordemos que la svástica es una runa. Las letras hebreas no son sino
modificaciones de las letras runas.
La cuna de la sabiduría oculta no fue el Asia, como creen muchos. La
verdadera cuna de la sabiduría oculta fue la Isla Sagrada, la lejana Thule, de
la cual habla tantas bellezas Huiracocha.
Por aquella época de la Raza Protoplasmática, la Isla Sagrada no estaba
en el Norte. Esa Isla fue realmente un continente cuya posición exacta estaba
en la línea ecuatorial. Más tarde, con la revolución de los ejes de la Tierra,
quedó dicha isla en el Norte. La revolución de los ejes de la Tierra ya está
demostrada por la ciencia contemporánea. Actualmente, los polos se están
desviando hacia el Ecuador.
Los actuales esquimales, aún cuando mezclados con otras razas, no son
descendientes de la primera raza; son más bien degenerados atlantes, mas
conservan algunas tradiciones muy interesantes. Estas gentes tienen un vínculo
familiar que les une entre sí. Cada patriarca usa un amuleto especial
consistente en un signo, marca tótem, o el nombre de una especie de animal
sagrado que transmite a sus descendientes. Por el hecho de vivir ellos en el
Polo Norte, pueden sentirse muchos pensadores inclinados a creer que esta raza
pudiese tener su origen en los nórdicos primitivos de la primera edad.
Resulta interesante saber que entre los antiguos esquimales no existía
autoridad especial, cacique o rey. Se regían por un consejo de ancianos. Los
varones jóvenes se unen en Matrimonio Perfecto con las mujeres de otros clanes;
empero, el amuleto les sirve de distintivo para no casarse entre parientes. En
otros tiempos existió la poliandria. Mataban a toda hija mujer que naciese
antes de hijo varón. Afortunadamente ya abandonaron esta bárbara costumbre.
R. Westermack refiere, en su libro titulado “Historia del Matrimonio”,
que los esquimales prestan su mujer a otro, o la cambian. Naturalmente esto es
de hecho una costumbre de adulterio. Horrible costumbre incompatible con la
doctrina predicada por nuestro adorable salvador el Cristo Jesús. Empero, toda
regla tiene sus excepciones y no podemos creer que todos los esquimales tengan
semejante bárbara costumbre. De todo hay en la viña del Señor.
Es costumbre de los esquimales envolver a sus muertos entre pieles y
sepultarlos bajo un túmulo rodeado de una cerca. En las Aleutianas se les lía
con cuerdas y se les sepulta entre las grietas de los riscos.
Los esquimales conocen la Ley del Eterno Retorno, saben que el Ego
regresa a una nueva matriz. Los fetiches o muñequitos pequeños y diminutos de
los esquimales, simbolizan la Esencia. Creen que ésta es pequeñita y diminuta.
Mas los sacerdotes no ignoran que con ella se fabrica el Alma.
El embarazo, el nacimiento de niños, la pubertad y la muerte son celebrados
por ellos con prácticas esotéricas y especiales.
Los esquimales adoran al principio femenino de Dios. Ellos aman a la
sublime anciana Sedna que vive en el fondo del mar y le envían animales marinos
para su alimento. Naturalmente, los ignorantes ilustrados que nada saben de
ciencia oculta se ríen de la religión divina de los esquimales. Los mejores
cánticos y rituales de los esquimales son para la Madre Divina. Los viajes
simbólicos del shamán (sacerdote) en busca de la anciana Sedna para consolarla
cuando se disgusta, y las procesiones que la comunidad realiza para
reconciliarla, nos recuerdan los simbólicos viajes del candidato masón
alrededor de la Logia. Los viajes son los símbolos externos de la elevación de
la Conciencia del candidato a través de los mundos superiores. Los cinco
simbólicos viajes de la masonería oculta están íntimamente relacionados con las
cinco Iniciaciones de Misterios Mayores. Los profanos ignorantes que ven estos
viajes de los esquimales, no hacen sino reír y reír de lo que desconocen. Ríen
como idiotas, ríen de lo que desconocen.
Los esquimales saben con perfecta exactitud, como lo sabe todo verdadero
Iniciado que tenga abierto el sexto sentido, que existen los genios, los
duendes, los gnomos, los gigantes, las salamandras del fuego, las ondinas,
etc., etc. Afortunadamente, ya la ciencia oficial, después de haber aceptado el
hipnotismo y de haberlo bautizado con un nuevo nombre llamándolo hipnología,
tiene que aceptar, por lógica consecuencia, la clarividencia. Sólo así es posible
explicarnos que un sujeto en estado hipnótico pueda ver a través de un muro, o
informar sobre lo que está sucediendo muchas veces a miles de kilómetros de
distancia.
Lo que hoy rechaza la ciencia, mañana lo admite. Los que hoy se ríen de
Paracelso y de los esquimales, por aquello de los elementales, gnomos, pigmeos,
salamandras, genios, ondinas, sílfides, etc., etc., tendrán después que reírse
de sí mismos y enrojecer de vergüenza cuando estas criaturas sean
re-descubiertas por la Ciencia. ¿Quién habría de creer hace apenas un lustro en
la serpiente de cristal? Ahora acaba un famoso científico, de esos que se dicen
incrédulos, de descubrir en estos instantes del año 1961 la famosa serpiente de
cristal. Dicha serpiente tiene el poder de abandonar su cola a voluntad en
casos de peligro, para regenerarla después fácilmente. Cuando la serpiente de
cristal se ve en peligro, atacada por cualquier bestia, se enrosca poniéndose
rígida y se lanza sobre la bestia. Entonces instantáneamente abandona su cola y
la cabeza huye como el rayo. La bestia queda entretenida con la cola mientras
la serpiente se salva. Más tarde de la cabeza nace la nueva cola. Así es todo.
La naturaleza tiene muchas maravillas y es necesario aprender a respetar toda
religión porque todas las religiones no son sino formas de una religión única y
universal. En toda religión se encierran tremendas verdades y ciencias cósmicas
desconocidas para el ignorante ilustrado de esta época de barbarie.
Todos aquellos que quieran realizarse a fondo deben trabajar en su
laboratorio con el azufre (fuego), el azoe (aire), el hombre (agua) y el toro
(tierra). Estos cuatro elementos hacen cruz. El alkimista que sigue la Senda
del Matrimonio Perfecto debe transmutar el plomo en oro dentro de las cavernas
profundas de la gran cordillera (la espina dorsal).
En esa gran cordillera viven los gnomos, los guardianes de todos los
tesoros de la Tierra, los grandes Alkimistas que transmutan el plomo en oro.
Los gnomos trabajan con las salamandras del fuego, con los silfos del
aire y con las ondinas voluptuosas del agua pura de vida. Las salamandras
ardientes fecundan a las inquietas ondinas, y los silfos alegres y juguetones
animan el fuego del hornillo del laboratorio (el chacra llamado Iglesia de
Efeso) para que el agua (semen) se evapore desde su recipiente (el sexo). Los
vapores seminales suben por la chimenea hasta el destilador (el cerebro). Allí
los gnomos hacen la gran destilación quedando perfectamente transmutando el
plomo en oro.
Es necesario transmutar el plomo de la personalidad en el oro del
Espíritu. Sólo así podemos volver a parlar en el Orto purísimo de la Divina
Lengua. Nuestra divisa es Thelema (voluntad).
Necesitamos pasar por las cinco grandes Iniciaciones del Fuego,
simbolizadas por los tres grados de la masonería oculta. Necesitamos retornar,
volver a la sabiduría divina de la lejana Thule. Es mucho lo que se ha dicho
sobre esta Thule lejana, la tierra de los Dioses. Allí residen los antepasados
de los esquimales y también de los aztecas. Allí vive Quetzalcoatl. De allí
vino y allí volvió. El emperador Montezuma envió un grupo de magos embajadores
a esa Thule misteriosa. Ellos fueron en estado de Jinas. Es decir, viajaron por
entre la cuarta dimensión. Esa Thule lejana es la Tierra Sagrada, la Isla Sagrada,
el primer continente que existió y el último que dejará de existir. Ese
continente se halla en el Casquete Polar del Norte, dentro de la cuarta
dimensión. Los magos aztecas, enviados por Montezuma, llegaron hasta allí en
estado de Jinas llevando presentes para los antepasados de los aztecas. De
regreso trajeron un mensaje para Montezuma y los aztecas, que podríamos
sintetizar así: “Si vosotros no dejáis vuestras pasiones, crueldades y vicios,
seréis castigados. Por el mar vendrán hombres blancos que os conquistarán y
destruirán”. Todo esto se cumplió con la llegada de los españoles a México.
Esto de la cuarta dimensión, y de una tierra sagrada metida dentro de la
cuarta dimensión en el Polo Norte, puede hacer reír a los ignorantes
ilustrados; realmente ellos no han estudiado todas las dimensiones del espacio.
Es lástima que las matemáticas no puedan definir las dimensiones del espacio.
“Toda expresión matemática corresponde siempre a una realización de
realidades”. Así se piensa con lógica formal. Empero, afortunadamente existe la
Lógica Dialéctica que nos permitiría usar las matemáticas para definir las seis
dimensiones fundamentales del Universo.
Generalmente las dimensiones son representadas por potencias: la
primera, la segunda, la tercera, la cuarta, etc. Precisamente esto dio base a
Hinton para construir su famosa teoría de los tesseracts, o sólidos
tetradimensionales (A4) (A elevada a la cuarta potencia). Esta es la
representación de las dimensiones en forma de potencias. Muchos autores consideran
que las matemáticas nada tienen que ver con las dimensiones porque no existe
diferencia entre las dimensiones. Este concepto nos parece falso. Nosotros
creemos que la diferencia entre las dimensiones es algo obvio y que todo el
Universo está hecho de acuerdo con la Ley de número, medida y peso. Lo que
sucede es que mientras la mente esté embotellada entre la lógica formal
limitaremos el uso de las matemáticas al mundo tridimensional. Necesitamos con
urgencia de la Lógica Dialéctica para considerar la representación de las
dimensiones por potencias, como algo lógico. Esto sólo es posible
dialécticamente con Lógica Dialéctica.
La meta-geometría estudia “el espacio superior”. La meta-geometría está
llamada a desplazar totalmente la geometría de Euclides. Realmente, la
geometría de Euclides sólo sirve para investigar únicamente las propiedades del
espacio físico particular. Empero, si queremos abandonar el estudio de la
cuarta vertical, es claro que la física se detendrá en su avance.
En la cuarta coordenada se halla el secreto vital de toda mecánica.
La meta-geometría tiene el mérito de considerar al mundo tridimensional
como una sección de un espacio superior. El punto del espacio tridimensional es
tan solo una sección o corte de una línea meta-geométrica. Con Lógica Formal
resulta imposible considerar a las líneas meta-geométricas como distancias
entre puntos en nuestro espacio, y es imposible representarlas formando figuras
en nuestro espacio. Empero, con Lógica Dialéctica, tiene distancias entre puntos
de nuestro espacio y podemos representarlas con figuras y cualidades. No
resulta pues absurdo decir que el continente Polar Norte pertenece a la cuarta
dimensión. Tampoco sería absurdo a la luz del pensamiento lógico dialéctico,
afirmar que dicho continente está habitado por personas que tienen cuerpos
físicos. Podríamos hacer un mapa de dicho continente y esto sería aceptado con
Lógica Dialéctica. En cambio la Lógica Formal, además de considerar absurdas
nuestras afirmaciones, nos conduciría de hecho al error.
La tridimensionalidad del mundo ciertamente existe en nuestra psique, en
nuestro aparato receptivo. Es también allí donde todos podemos encontrar las
maravillas de lo supra-dimensional si desarrollamos la clarividencia, la
Clariaudiencia, etc., es decir, si perfeccionamos nuestro aparato psíquico.
Sólo mediante el desarrollo de nuestros poderes de percepción interna podemos
estudiar las dimensiones superiores de la Naturaleza. El positivismo
materialista ha levantado una muralla china alrededor de la investigación
libre. Todo lo que ahora se levanta contra esa muralla, es condenado por los
ignorantes ilustrados como Anti-científico. El positivismo materialista es
conservador y reaccionario. Nosotros los gnósticos somos revolucionarios y
rechazamos totalmente las ideas reaccionarias y conservadoras.
Don Emmanuel Kant, el gran filósofo alemán, considera al espacio como
una propiedad de la receptividad del mundo por nuestra Conciencia. “Nosotros
llevamos en nosotros mismos las condiciones de nuestro espacio, y por lo tanto,
dentro de nosotros mismos encontraremos las condiciones que nos permitan
establecer correlaciones entre nuestro espacio y el espacio superior”.
Cuando se inventó el microscopio se abrió ante nosotros el mundo de lo
infinitamente pequeño. Así también con el despertar del sexto sentido se abrirá
ante nosotros el mundo de la cuarta dimensión.
Aquellos que han desarrollado el sexto sentido pueden estudiar los
Registros Akhásicos de la Naturaleza y descubrir por sí mismos la realidad del
Continente Polar del Norte.
La primera raza que existió en el mundo fue de color negro. Esa fue la
Raza Protoplasmática; la raza andrógina que se reproducía con el acto sexual
fisíparo (semejante al de la multiplicación por división celular).
La primera raza vivió en la cuarta dimensión del espacio. La Tierra
misma estaba entonces sumergida dentro de la cuarta dimensión. Aquella raza
tuvo una gigantesca civilización, se hablaba el lenguaje de oro y se escribía
con letras rúnicas. Estas letras son de gran poder esotérico. Por aquella época
el ángel Uriel escribió con letras rúnicas un precioso libro cósmico. Dicho
libro sólo podemos estudiarlo en los Registros Akhásicos.
El género de percepción y de representación de la gente de la primera
raza, no era subjetivo como el de la humanidad actual. Aquella gente polar
tenía representaciones y percepciones objetivas, claras y perfectas. Podían ver
los cuerpos en forma completa y exacta. La gente actual solo ve lados, ángulos,
caras, superficies, etc. Nadie ve ahora cuerpos completos. La gente actual está
degenerada y sólo tiene percepciones incompletas, subjetivas y representaciones
de tipo completamente degenerado y subjetivo.
Necesitamos regresar al punto de partida y regenerar nuestro aparato
psíquico por medio de la Magia Sexual y de la meditación interna para
reconquistar las representaciones y percepciones objetivas.
Es urgente eliminar de nuestras representaciones y percepciones todos
los elementos subjetivos. Esto se consigue mejorando la calidad de las
representaciones con la técnica de la meditación, y regenerando el aparato
psíquico con la Magia Sexual.
En el Norte está la cuna de la sabiduría oculta y no en el Oriente como
lo suponen algunos orientalistas.
Los esquimales conservan muchas tradiciones religiosas que bien vale la
pena de investigar seriamente.
Arquímedes dijo: “Dadme un punto de apoyo y moveré el Universo”.
Arquímedes buscó una palanca para mover el Universo. Esa palanca existe.
Eliphas Levi dice que esa palanca es la luz astral. Nosotros preferimos hablar
más claro y decir que la palanca de Arquímedes es el Kundalini. Quien
desarrolla el Kundalini puede meter su cuerpo de carne y hueso entre la cuarta
dimensión para transportarse hasta la lejana Thule, la Tierra de los Dioses.
Quien sabe orar y pedir a la Madre Kundalini, bien puede suplicarle que lo meta
dentro de la cuarta dimensión y lo transporte a la Isla Sagrada. El Kundalini
es la palanca de Arquímedes, la palanca con la que podemos meternos dentro de
la cuarta dimensión para transportarnos cargando con el cuerpo físico. La
invención de la palanca inmediatamente diferenció al hombre primitivo del
animal y estuvo de hecho unida realmente a la aparición real de los conceptos.
Si comprendemos a fondo psíquicamente la acción de una palanca, descubriremos
con asombro que consiste en la construcción de un silogismo correcto. Quien no
sabe construir un silogismo correctamente, tampoco puede comprender totalmente
la acción de una palanca. El silogismo en la esfera psíquica es literalmente la
misma cosa que la palanca en la esfera física. Realmente podemos asegurar que
los seres que viven sobre la Tierra se dividen en dos grupos. Los que conocen
la acción de la palanca y los que no conocen esta acción.
El hombre necesita la palanca de Arquímedes, la Serpiente súper-astral,
para meterse dentro de la cuarta dimensión y transportarse con cuerpo a la
Tierra de los Dioses.
Cuando las matemáticas han renunciado a los axiomas fundamentales de la
identidad y la diferencia, se encuentra el camino que nos conduce a un orden
superior de cosas en las dimensiones superiores del espacio.
El gran escritor P.O., dijo: “En el mundo de las magnitudes infinitas y
variables, una magnitud puede no ser igual a sí misma; una parte puede ser
igual al todo; y de dos magnitudes iguales una puede ser infinitamente mayor
que la otra”.
Realmente todo esto puede ser un completo absurdo cuando estudiamos la
cuestión a la luz de las matemáticas de los números constantes y finitos.
Empero es cierto, muy cierto y de toda verdad, que las matemáticas de los
números constantes y finitos, son en sí mismos el cálculo de las relaciones que
hay entre magnitudes no existentes, esto es, el cálculo de un absurdo. Así
pues, podemos plenamente afirmar que lo que desde el punto de vista de estas
matemáticas parece un absurdo, puede ser realmente verdadero, aún cuando las
gentes no lo crean.
En cierta ocasión un famoso penalista dijo: “Para descubrir la verdad
tenemos que renunciar a la lógica”. En parte dijo la verdad este abogado, en
parte no la dijo. Realmente tenemos que renunciar a la lógica formal, pero no a
la lógica, porque la lógica es el arte de pensar correctamente. Si dejamos de
pensar correctamente es claro que caemos en el absurdo. En su “Crítica de la
Razón Pura”, don Emmanuel Kant nos mostró el camino de una lógica
trascendental. Antes de Bacón y el famoso Aristóteles, en las arcaicas
escrituras de la tierra sagrada de los Vedas, ya se dieron las fórmulas de una
lógica superior. Estas fórmulas se conservaron escritas en libros antiquísimos.
Esta lógica es la Lógica Dialéctica. Esta es la Lógica Intuitiva, la Lógica del
Éxtasis, la Lógica del Infinito. Esta Lógica existe desde mucho antes de que la
Lógica deductiva e inductiva fuera formulada. Cuando el hombre se adueña de
esta llave maravillosa de la mente, llamada Lógica Dialéctica, puede abrir la
puerta misteriosa del mundo de las causas naturales sin peligro de caer en el
error. Los axiomas de la Lógica Dialéctica sólo pueden ser formulados durante
el éxtasis.
Si queremos realmente comprender a fondo el mundo multidimensional y
visitar la Tierra Sagrada de los Dioses situada en el casquete polar del Norte,
necesitamos urgentemente arrojar fuera del templo de nuestra mente, todos,
todos los ídolos intelectuales convertidos en axiomas. Necesitamos
desembotellar la mente, libertarla de la Lógica Formal, buena tan solo como
para un Moliere y sus caricaturas.
Las tierras de Jinas, las maravillas escondidas entre las Mil y una
Noches, los países de oro donde habitan los Dioses inefables de la aurora, se
convierten en una tremenda realidad cuando encontramos la palanca de
Arquímedes. Apoyados en esa misteriosa palanca saltamos a la cuarta dimensión.
Ha llegado la hora de libertar la mente y despertar el Kundalini. Ha llegado el
instante en que el ser humano aprenda a pasar a la cuarta dimensión a voluntad
cada vez que así lo quiera. Si alguien con el Kundalini despierto le suplicara
a éste en instantes de estar dormitando, que lo metiera dentro de la cuarta
dimensión y lo transportara a la Isla Sagrada del Polo Norte, podéis estar
seguro, amado lector, que el milagro se realizaría inevitablemente. Todo lo que
necesita el Iniciado es saber levantarse del lecho conservando el sueño. La
culebra lo ayudará en todo cuanto él también se sabe ayudar. “Ayúdate que yo te
ayudaré”.
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