Capítulo XXX
LA ESTRELLA
DE CINCO PUNTAS
El pentagrama expresa la dominación del Espíritu sobre los elementos de
la Naturaleza. Con este signo mágico podemos mandar a las criaturas elementales
que pueblan las regiones del fuego, del aire, del agua y de la tierra.
Ante este símbolo terrible tiemblan los demonios y huyen aterrorizados.
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El pentagrama representa al hombre completo. Con el rayo superior hacia
arriba, es el Maestro. Con el rayo superior hacia abajo y las dos puntas
inferiores hacia arriba, es el ángel caído. Todo Bodhisattva caído es la
estrella flamígera invertida. Todo Iniciado que se deja caer se convierte de
hecho en la estrella flamígera invertida.
El mejor eléctrum es una estrella flamígera con los siete metales que
corresponden a los siete planetas. Estos son los siguientes: plata para la
Luna; azogue para Mercurio; cobre para Venus; oro para el Sol; hierro para
Marte; estaño para Júpiter y plomo para Saturno.
Se pueden hacer medallones que cuelguen del cuello, anillos que se
llevan en el dedo anular.
Puede también dibujarse la estrella flamígera sobre una piel de cordero
bien blanca para tenerla dentro de la habitación. Puede usarse siempre para el
umbral de la recámara nupcial. Así evitamos que los tenebrosos se metan a la
recámara. Puede también dibujarse el pentagrama sobre vidrio y esto aterroriza
a los fantasmas y demonios.
El pentagrama es símbolo del Verbo Universal de Vida. Se puede hacer
resplandecer instantáneamente el pentagrama con ciertos mantrams secretos.
En los Upanisadas Gopalatapani y Krishna hemos hallado el Mantram que
tiene el poder para formar instantáneamente, en el plano astral, la terrible
estrella flamígera, ante la cual huyen aterrorizados los demonios. Este Mantram
consta de cinco partes, a saber: KLIM,
KRISHNAYA, GOVINDAYA, GOPIJANA,
VALLABHAYA, SWAHA. Al vocalizar este Mantram se forma instantáneamente la
estrella flamígera ante la cual huyen aterrorizados los tenebrosos del arcano
dieciocho. Estos demonios atacan violentamente al Iniciado cuando está
trabajando en la Gran Obra. Los devotos del Matrimonio Perfecto tienen que
librar tremendas batallas contra los tenebrosos. Cada vértebra de la espina
dorsal representa terribles batallas contra los Magos Negros. Estos luchan por
alejar al estudiante de la Senda del filo de la Navaja.
El poderoso Mantram que acabamos de mencionar tiene tres etapas
perfectamente definidas. Al recitar el Klim,
que los ocultistas de la India llaman la semilla de atracción, provocamos un
flujo de energía Crística que desciende instantáneamente del mundo del Logos
Solar, para protegernos, y se abre entonces hacia abajo una puerta misteriosa.
Después, por medio de las tres partes siguientes del Mantram, se infunde la
energía Crística en aquel que lo recita y, finalmente, por medio de la quinta
parte, el que ha recibido la energía Crística puede irradiarla con tremenda
fuerza para defenderse de los tenebrosos. Entonces estos huyen aterrorizados.
El Verbo cristaliza siempre en líneas geométricas. Esto está demostrado
con la cinta magnetofónica. El discurso queda grabado en la cinta. Cada letra
cristaliza en figuras geométricas. Basta después hacer vibrar la cinta en la
máquina grabadora para que se remita el discurso. Dios geometriza. La palabra
toma figuras geométricas. Estos mantrams citados por nosotros tienen el poder
de formar instantáneamente, en los mundos suprasensibles la estrella flamígera.
Dicha estrella es un vehículo de fuerza Crística. Dicha estrella representa el
Verbo.
Con este poderoso Mantram se pueden defender todos aquellos que están
trabajando en la Fragua Encendida de Vulcano. Dicho Mantram se vocaliza
silabeándolo. Con este Mantram se puede conjurar a los demonios que controlan a
los posesos.
Es urgente aprender a crear instantáneamente la estrella flamígera. Con
este Mantram podemos crear esa estrella para combatir a los tenebrosos.
LA PALABRA
Los ignorantes ilustrados, que tanto abundan en este siglo, pueden
reírse como idiotas de lo que desconocen. Esas gentes suponen que nuestros
mantrams son palabras sin valor alguno y que su energía se pierde en el
espacio. Ellos ignoran el valor interno de las palabras. Ellos desconocen la
sustancia principal de la palabra, y por ello se ríen de nuestros mantrams.
En toda palabra existe un valor externo y otro interno. Es precisamente
el valor interno la sustancia principal de la palabra. El elemento interno de
la palabra no se encuentra comprendido dentro de nuestro espacio
tridimensional. El elemento interno de la palabra hay que buscarlo en el espacio
superior con dimensiones superiores a las nuestras. Nuestro espacio aparece
ante nosotros únicamente como una parte del espacio superior. Así es como
llegamos a la conclusión de que nosotros no conocemos todo el espacio. Lo único
que conocemos es esa pequeña parte que puede ser medida en términos de
longitud, latitud y altura.
El elemento interno de la palabra se procesa geométricamente en las
dimensiones superiores del espacio. Así es como con los mantrams dados en este
capítulo, podemos ciertamente formar una estrella pentagonal, invisible para
los ojos físicos pero perfectamente visible para el sexto sentido.
Nada saben los científicos sobre la cuarta dimensión de la materia en el
espacio. Nada saben sobre la hiper-geometría de ese tipo espacial de cuarta
dimensión. Definir el espacio como la forma de la materia en el Universo,
padece de la deficiencia más grave, cual es introducir el concepto de materia,
es decir, de lo desconocido, porque realmente la materia continúa siendo lo
desconocido. Todos los intentos de definición física de la materia sólo
conducen a un callejón sin salida: X=Y, Y=X: Este es el callejón sin salida de
los físicos.
Las definiciones psicológicas sobre la materia conducen también al mismo
callejón sin salida. Un sabio dijo: “La materia (como la fuerza) no nos da
ninguna dificultad. Entendemos todo lo que a ella se refiere, por la muy buena
razón de que nosotros la inventamos. Cuando hablamos de materia pensamos en
objetos sensibles. Con lo que nos cuesta trabajo tratar es con el cambio mental
de los hechos concretos pero complicados”.
“Hablando estrictamente, la materia existe sólo como un concepto. Para
decir verdad, el carácter de la materia, aún cuando se habla de ella sólo como
un concepto, es tan poco obvio que la mayor parte de las personas son incapaces
de decirnos exactamente qué es lo que entienden por ella”. Nadie sabe realmente
qué cosa es materia y sin embargo sobre ese concepto está fundada la escuela
conservadora y reaccionaria del positivismo materialista.
Aún cuando a los físicos no les guste, tenemos nosotros que afirmar que
la materia y la energía son palabras aceptadas oficialmente para designar una
larga serie de hechos complicados cuyo origen substancial desconoce la ciencia.
¿Quién ha visto la materia? ¿Quién ha visto la energía? Nosotros únicamente
vemos fenómenos. Nadie ha visto la materia independientemente de la sustancia.
Nadie ha visto la energía separada del movimiento. Así, pues, con esto queda
demostrado que la materia y la energía son únicamente conceptos abstractos.
Nadie ve la materia separada del objeto. Nadie ve la energía separada del
movimiento. La materia y la energía separadas de las cosas y de los fenómenos
son un misterio para el ser humano. El ser humano es subconsciente en un
noventa y siete por ciento, y consciente en un tres por ciento. El ser humano
sueña con los fenómenos de la Naturaleza y los denomina materia, energía, etc.
Antes de que existiera el Universo, antes de que existieran todos los
fenómenos, existía la palabra. Realmente el Logos sueña.
En el amanecer de la Vida, el Ejército de la Voz celebró los rituales
del fuego cantando en lengua sagrada. La Gran Palabra cristalizó en figuras
geométricas que se condensaron mediante la Materia Prima de la Gran Obra, dando
origen a todos los fenómenos de la Naturaleza.
El mundo y la Conciencia son realmente el resultado de la palabra. El
espacio tridimensional es una propiedad de nuestra percepción material. Cuando
mejoramos la calidad de las representaciones, mejora también la calidad de las
percepciones y entramos en las dimensiones superiores del espacio donde el
mundo tridimensional ya no existe y sólo queda en nuestra memoria como un
sueño.
Realmente, el mundo que se presenta ante nuestra Conciencia es sólo la
mecánica de todas esas causas combinadas que dan origen a una serie definida de
sensaciones.
Más allá del mundo y de la Conciencia se halla la causa principal de
toda existencia. Esta es la Palabra. Es el Verbo quien crea mundos. “En el
principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios”. “Este
era en el principio con Dios”. “Todas las cosas por El fueron hechas; y sin El
nada de lo que es hecho, fue hecho”. “En El estaba la vida, y en la vida era la
luz de los hombres”. “Y la luz en las tinieblas resplandece: más las tinieblas
no la comprendieron”.
El Verbo está plenamente simbolizado con la estrella de cinco puntas.
Esta es la estrella flamígera. Con ella podemos defendernos de los tenebrosos.
Ante esta estrella maravillosa tiemblan las columnas de ángeles y demonios.
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