Capítulo XXIV
EL EGIPTO
SECRETO
Allá en el viejo Egipto, en el país asoleado de Kem, existieron los
grandes Misterios de la Gnosis. Entonces, quien ingresaba a los Colegios
Iniciáticos, después de haberse sometido a las pruebas más difíciles, recibía
de labios a oído el secreto terrible del Gran Arcano (la clave de la Magia
Sexual).
Todo aquel que recibía este secreto debía prestar juramento de silencio.
Quien juraba y luego violaba su juramento, era llevado a un empedrado patio de
muerte. Allí, ante un muro lleno de extraños jeroglíficos, era muerto
inevitablemente. Se le cortaba la cabeza; se le arrancaba el corazón, se
quemaba su cuerpo y sus cenizas eran arrojadas a los cuatro vientos.
Todo aquel que recibía el Gran Arcano durante la ceremonia sacra,
entraba, de hecho, inmediatamente a trabajar con la vestal del templo. Allí,
había muchas vestales preparadas para trabajar en la Gran Obra con los
Iniciados célibes. Los Iniciados casados practicaban en sus casas con sus esposas
sacerdotisas. Las vestales eran debidamente preparadas para el sacerdocio del
Amor. Ellas tenían grandes maestras que las preparaban, y estaban sometidas a
grandes ordalías y penitencias. Propiamente esas fueron las prostitutas
sagradas de que hablan muchos autores. Hoy en día sería imposible tener en los
Lumisiales, vestales de este tipo. El mundo se ha corrompido tanto, que el
resultado sería ayudar a corromper lo que ya está corrompido. Nos convertimos
de hecho en cómplices abyectos del delito.
Todos aquellos Iniciados célibes que resplandecieron en la historia de
los siglos, practicaron Magia Sexual dentro de las pirámides con dichas
vestales. Jesús tuvo también que practicar Magia Sexual en la pirámide de
Kefren. Allí recapituló todas sus iniciaciones. Muchos se escandalizarán con
esta afirmación nuestra. A estos puritanos no los podemos criticar. Realmente
son los curas católicos quienes deshumanizaron a Jesús. Desgraciadamente, eso
se ha quedado tan grabado en la mente de la gente, que hasta los ocultistas
siguen con la falsa idea de un Jesús castrado, mutilado. La realidad es que
Jesús fue todo un Hombre en el sentido más completo de la palabra. Todo un
Hombre. En la masonería oculta del viejo Egipto de los faraones existieron tres
grados fundamentales: Aprendices, Compañeros y Maestros. Estos tres grados
están relacionados con las fuerzas etéreas que fluyen a través y alrededor de
la espina dorsal de cada ser humano.
La señora Blavatsky dice de ellas, en la “Doctrina Secreta”, lo
siguiente:
“La escuela Transhimaláyica... sitúa el Susumná, el sitio principal de
estos tres Nadis, en el tubo o conducto céntrico de la médula espinal, y el Idá
y el Pingalá (los dos testigos del Apocalipsis) en sus costados izquierdo y
derecho respectivamente. El Idá y el Pingalá son sencillamente el sostenido y
el bemol de la nota Fa de la Naturaleza humana que, cuando debidamente pulsada
despierta a los centinelas de ambos lados, el Manas espiritual y el Kamas
físico, subyuga a lo inferior por medio de lo superior”.
“El puro Akasha pasa hacia Susumná (canal medular). Sus dos aspectos
fluyen en Idá y Pingalá (el par de cordones simpáticos que se enroscan en la
médula espinal). Estos son los tres aires vitales simbolizados en el hilo
brahmánico, y están gobernados por la voluntad”.
“La voluntad y el deseo son los aspectos superior e inferior de una
misma cosa. De aquí la importancia de purificar los canales... de estos tres se
establece una circulación que del canal céntrico penetra en todo el cuerpo”.
“Idá y Pingalá actúan en la curvada pared de la columna vertebral en que
está Susumná (el canal medular). Son semi-materiales, positivo y negativo, Sol
y Luna, y ponen en acción la libre y espiritual corriente ígnea de Susumná.
Cada uno tiene su peculiar sendero, pues de lo contrario irradiarían sobre todo
el cuerpo”.
En aquel viejo Egipto elemental, que creció y maduró bajos las
protectoras alas de la Esfinge elemental de la Naturaleza, la ceremonia de
Iniciación era algo terriblemente divino. Cuando el venerable Maestro esgrimía
la espada en el acto de admisión, los canales de Idá y Pingalá (los dos
testigos) y el canal de Susumná, junto con las fuerzas que por ellos circulan,
recibían un tremendo estímulo. En el primer grado, este estímulo sólo afecta a
la corriente femenina lunar de Idá; en el segundo grado a Pingalá, la corriente
masculina, y en el tercero, recibía el estímulo la ígnea corriente del
Kundalini que fluye ardiente por el canal medular de Susumná. Con este tercer
grado quedaba despierto el Kundalini. Aclaramos que estos tres estímulos
estaban correlacionados con el trabajo de la Magia Sexual que el Iniciado
realizaba con la vestal del templo. Inútil resultaría tal estímulo si el
candidato fuese fornicario. Esto es para gente que está practicando Magia
Sexual intensamente.
Idá sale de la base de la espina dorsal, a la izquierda del Susumná y el
Pingalá de la derecha. En la mujer están invertidas estas posiciones. Las
líneas terminan en la médula oblongada. Todo esto se halla simbolizado en el
Caduceo de Mercurio con sus dos alas abiertas.
Estas dos alas del Caduceo de Mercurio significan el poder viajar en
Cuerpo Astral, el poder para viajar en Cuerpo Mental, el poder para viajar en
los vehículos Causal, Conscientivo y Espiritual. El fuego le concede a todos aquellos
que siguen la Senda del filo de la Navaja, el poder de salir del cuerpo físico
a voluntad. El Kundalini tiene el poder de despertarle la Conciencia al ser
humano. Con el fuego quedamos absolutamente despiertos en los mundos
superiores. Todos aquellos que despertaron en los mundos superiores, viven
durante las horas del sueño absolutamente conscientes fuera del cuerpo físico.
Quienes despiertan la Conciencia ya no vuelven a soñar jamás. Se convierten de
hecho y con derecho, en ciudadanos absolutamente conscientes en los mundos
superiores. Estos trabajan con la Logia Blanca mientras su cuerpo físico
duerme. Estos son colaboradores de la Gran Fraternidad Universal Blanca.
Aclaramos: Idá y Pingalá no son físicos. Ningún médico podría
encontrarlos con el bisturí. Idá y Pingalá son semi-etéricos, semi-físicos.
Los grandes misterios del viejo Egipto, así como también los misterios
de México, Yucatán, Eleusis, Jerusalén, Mitra, Samotracia, etc., etc., están
todos en íntima correlación y son de hecho absolutamente sexuales.
Pedid y se os dará. Golpead y se os abrirá. Los grandes Iniciados
siempre responden. Los guardianes de la Esfinge elemental de la Naturaleza,
siempre responden.
Todo aquel que practica la Magia Sexual debe pedir el fuego. Rogad a los
guardianes de la Esfinge, invocad al Dios Agni. Este Dios restaura el poder
ígneo de cada uno de los siete cuerpos.
Cinco son las grandes Iniciaciones del Fuego Sagrado: La primera
significa la salida de aquél que entró ya en la corriente que conduce al
Nirvana. La quinta, significa la entrada en el templo erigido en la cumbre de
la montaña. Con la primera salimos del trillado camino; con la quinta entramos
en el templo secreto.
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