Capítulo X
EL
CONOCIMIENTO DIRECTO
Todo aquel que estudia ocultismo quiere conocimiento directo, anhela
saber cómo va, quiere conocer sus propios progresos internos.
La más grande aspiración de todo estudiante es poder convertirse en un
ciudadano consciente de los mundos superiores, y estudiar a los pies del
Maestro. Desgraciadamente, el ocultismo no es tan fácil como a simple vista
parece. La raza humana tiene sus poderes internos completamente dañados,
atrofiados. Los seres humanos echaron a perder, no solamente sus sentidos
físicos, sino además, y lo que es peor, sus facultades internas. Ese ha sido el
resultado kármico de nuestras malas costumbres. El estudiante busca aquí y
allá, lee, relee cuanto libro de ocultismo y magia caer en sus manos, y lo
único que consigue el pobre aspirante, es llenarse de terribles dudas y
confusiones intelectuales. Existen millones de teorías, y millares de autores.
Unos repiten ideas de otros. Aquellos refutan a éstos, todos contra uno y uno
contra todos; entre colega y colega se ironizan y combaten mutuamente, unos
contra otros, y todos realmente contra todos. Algunos autores le aconsejan al
devoto que sea vegetariano; otros le dicen que no lo sea. Aquellos le aconsejan
que practique ejercicios respiratorios; estos le dicen que no los practique. El
resultado es espantoso para el pobre buscador. No haya qué hacer. Anhela la
luz, suplica, clama y nada, nada. Absolutamente nada.
¿Qué hacer?
Hemos conocido individuos sumamente místicos, “héroes de grupos”. Muchos
de ellos son vegetarianos, abstemios, virtuosos, etc., etc., pero, por lo
común, son muy sinceros, quieren el bien para sus seguidores, pero suspiran
como todos, sufren, lloran en secreto. Jamás los pobrecitos han visto lo que
predican. No conocen su Gurú, nunca han tenido la dicha de conversar con él
personalmente. Jamás han visto los planos de Conciencia Cósmica, planos o
mundos superiores de los cuales hacen tan bellos diagramas y tan interesantes
descripciones. Nosotros, los Hermanos del Templo sentimos verdadera piedad por
ellos y tratamos de ayudarnos. Eso es lo que intentamos hacer; pero todo
inútil. Ellos odian todo lo que sea sexo. Lo que se parezca a sexo. Cuando se les
habla del Matrimonio Perfecto se ríen y protestan airados defendiendo su
abstención. Esos pobres ciegos guías de ciegos necesitan quien los guíe. Ellos
sufren mucho porque no tienen la dicha de gozar del conocimiento directo.
Sufren callados para no desmoralizar o defraudar a sus seguidores. Nosotros,
los Hermanos del Templo, francamente los amamos y compadecemos. Es necesario
dejar de teorizar.
El opio de las teorías es más amargo que la muerte. El único camino para
reconquistar los poderes perdidos es la Magia Sexual. El Gran Arcano tiene la
ventaja de regenerar al hombre. El ser humano necesita regenerarse y esto no es
cuestión de autores ni de bibliotecas. Necesitamos trabajar con el grano, con
la semilla. Así como la lagartija puede regenerar su cola y el gusano la suya,
así también puede el hombre regenerar sus poderes perdidos. Estos animales
pueden reponer su cola perdida con la fuerza sexual que poseen. Así, con esa
fuerza sexual puede el hombre reponer, reconquistar sus poderes internos; por ese
camino pueden los sufrientes peregrinos, llegar al conocimiento directo.
Entonces se convertirán en verdaderos sacerdotes iluminados para sus
fraternales grupos. El camino es la Magia Sexual. Todo guía debe ser
clarividente y clariaudiente.
A continuación damos un ejercicio para el desarrollo de la clarividencia
y del oído secreto. Después de tener estas facultades es bueno permanecer por
épocas entre las selvas más profundas, apartados de la vida urbana. En la paz
de la Naturaleza, los dioses del fuego, aire, agua y tierra nos enseñan sus
cosas inefables. No se trata de vivir únicamente en la selva. “¿Qué hace el
santo en el bosque?”. Empero debemos tener buenas vacaciones en el campo. Eso
es todo.
Es de vital importancia para el progreso espiritual, el perfecto
equilibrio mental. Casi todos los aspirantes al esoterismo fácilmente pierden
el equilibrio mental y caen en las cosas más absurdas. Quienes quieran el
conocimiento directo deben preocuparse por mantener su mente en perfecto
equilibrio.
Práctica. El gran Maestro
Huiracocha enseña una práctica muy sencilla para ver los Tatwas (Tatwa es la
vibración del Éter).
El ejercicio es el siguiente: introdúzcase el devoto sus dedos pulgares
entre los oídos. Cierre sus ojos y tápeselos con los dedos índices. Tapone su
nariz con los dedos medios y finalmente selle sus labios con los dedos anular y
meñique. En estas condiciones el estudiante debe tratar de ver los Tatwas, con
el sexto sentido. Este ojo se haya entre las dos cejas.
Yogananda, quien da el mismo ejercicio que Krumm Heller, aconseja que se
use además el Mantram OM. Dice
Yogananda que el devoto debe apoyar sus codos sobre unos almohadones. Estos se
hallarán sobre una mesa. El devoto ante la mesa, con la cara hacia el oriente,
hará esta práctica. Yogananda aconseja que la silla donde el devoto se siente
para realizar esta práctica debe estar envuelta en un cobertor de lana. Esto
nos recuerda a Apolonio de Tyana quien se envolvía en un manto de lana para
aislarse totalmente de las corrientes perturbadoras.
Muchos autores dan este ejercicio y nosotros lo consideramos muy bueno.
Creemos que con esta práctica se desarrolla la clarividencia y el oído mágico.
Al principio, el devoto no verá sino tinieblas. Empero, cuando más se
esfuercen en practicar, su clarividencia y su oído mágico se desarrollarán
lenta, pero seguramente.
Al principio, el devoto no oirá sino sus sonidos fisiológicos, pero poco
a poco escuchará durante la práctica sonidos cada vez más y más delicados. Así
despertará su oído mágico.
En vez de indigestarse el lector con tantas teorías contradictorias, es
mejor que practique y desarrolle sus facultades internas. El proceso de
regeneración debe marchar íntimamente asociado al ejercitamiento esotérico.
Dice la ciencia que órgano que no se usa se atrofia. Es necesario usar estos
órganos de la clarividencia y del oído mágico. Es urgente ejercitarnos con
estos órganos y regenerarlos para lograr la realización interna.
Estas prácticas no están contra ninguna religión, secta, escuela o
creencia. Todos los sacerdotes, guías, instructores de todas las escuelas y
órdenes, pueden hacer estos ejercicios para desarrollar sus facultades. Así
podrán conducir mejor a sus respectivos grupos.
El despertar de las facultades internas debe marchar paralelamente con
el desarrollo cultural, intelectual y espiritual.
El clarividente además debe también desarrollar todos sus chacras para
no caer en graves errores.
La mayor parte de los clarividentes han cometido grandes equivocaciones.
Casi todos los clarividentes famosos han llenado el mundo de lágrimas. Casi
todos los grandes clarividentes han calumniado a las gentes. La clarividencia
mal usada ha producido divorcios, asesinatos, adulterio, robos, etc., etc.
El clarividente necesita el pensamiento lógico y el concepto exacto. El
clarividente debe tener un perfecto equilibrio mental.
El clarividente debe ser un poderoso analítico. El clarividente debe ser
matemático en la investigación, y exigente en la expresión.
La clarividencia exige, para su correcto funcionamiento, el perfecto
desarrollo de la Clariaudiencia, intuición, telepatía, presentimiento y demás
facultades.
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